domingo, 19 de abril de 2009

crianza de pavos.


Comercialmente, el pavo es un animal muy rentable, ya que su pechuga representa 33% del peso del animal, mientras que en el pollo parrillero la misma alcanza como máximo a 20%. Teniendo en cuenta que hay pavos de 20 kilos de peso, eso arroja hasta seis kilos de pechuga por animal, muy codiciada para su comercialización como fiambre. En cuanto a precios, los mismos varían según el canal de comercialización.
Los interesados en instalar un criadero pueden obtener una ganancia mensual bastante atractiva. Para eso, deberán producir al menos dos camadas anuales de 2.000 aves cada una.
Canales de venta.
«Para una producción limitada, lo mejor es la venta directa, tanto a consumidores como a restaurantes, carnicerías y pequeños supermercados», los distribuidores y demás canales de comercialización comienzan a ser rentables cuando se producen volúmenes considerables. «En caso contrario -agrega-, los márgenes de rentabilidad suelen ser demasiado reducidos como para incorporar los costos que implican los intermediarios, por ejemplo el flete. De cualquier manera, cada productor debe analizar la situación en función de sus propios costos.»
Según las fuentes consultadas, en cuanto a la exportación, la misma no es muy factible para producciones reducidas como la que motiva esta nota. Los bajos precios que rigen en el mercado internacional junto con los costos de exportación terminan impactando negativamente sobre la rentabilidad.
Requisitos básicos.
Los pavos alcanzan un peso óptimo de faena entre las 15 y las 16 semanas, cuando oscila en los 6 kg. En el caso de los machos criados hasta las 20 semanas, se logran pesos superiores a los 15 kg, adecuados para el consumo en restoranes y hoteles o para ser trozados o embutidos.
La cría de pavos requiere un mínimo de instalaciones. Para producir dos camadas anuales de 2.000 pavos cada una, será necesario contar con un galpón de al menos 450 m². En cuanto a mano de obra, dos personas con experiencia previa en avicultura.
Dos lados del galpón deberán ser cerrados, y los otros dos abiertos, recubiertos por el llamado «tejido pajarero», una malla plástica de 25 mm. En los lados abiertos debe haber cortinas de arpillera plástica, a fin de proteger a los pavitos del frío y la lluvia.
Los pisos pueden construirse con ladrillos o simplemente con tierra apisonada y una capa de cemento. Para el techo, los materiales que mejor se adaptan son las chapas de fibrocemento de 6 mm (las de menor espesor pueden ser destruidas por el granizo) y de zinc aluminizadas. Estas últimas reflejan los rayos solares, y su uso tiende a imponerse, debido a que son livianas y de fácil aplicación.
Es necesario preparar el galpón con anterioridad al arribo de los pavitos. Hay que tener en cuenta lo siguiente:
1; Cubrir el piso con viruta o cáscara de girasol o arroz. Luego, agregar más cantidad para mantener en invierno una cama profunda y seca (5 a 8 centímetros de espesor).
2; Detectar y reparar de inmediato posibles goteras, resquicios en puertas y paredes, cortes en tejidos o cortinas, y orificios o cuevas de alimañas en el piso.
3; Eliminar restos de camas de crías anteriores, y lavar, desinfectar y blanquear paredes y pisos.

Equipamiento.
En cuanto al equipamiento, como prácticamente no se fabrican equipos específicamente diseñados para pavos, lo mejor es utilizar los que se usan para las gallinas.
Hasta la quinta o sexta semana, el calor que necesitan para crecer (que originariamente debería proceder de sus madres), la temperatura que necesitan estos animales es de 25C estos es muy favorable para nuestro país y hace el negocio mas rentable.
En cuanto a los bebederos, existen diferentes modelos, que se adaptan según la edad de las aves. Durante los primeros diez o quince días, se utilizan los llamados «bebederos de plato», con recipiente invertido. Los mismos se fabrican en vidrio, aluminio y plástico. Tienen una capacidad de 4 litros, y conviene disponer de un bebedero cada 50 pavitos.
Para las aves de más de dos semanas se utilizan los «bebederos lineales», que pueden ser colgantes o de pie. Por lo general, tienen 2,5 m de longitud y son hechos en chapa galvanizada o bien enlozada.
Alimentación.
El alimento balanceado se puede comprar o elaborar, aunque esta última opción es conveniente sólo para quienes cuentan con un establecimiento agropecuario del cual puedan obtener los cereales y la carne necesaria. «Una de las ventajas del pavo es que su alimentación se basa en cereales locales y harina a bajos precios.
Los resultados de experiencias recientes mostraron que el peso de pavos engordados con un plan de alimentación basado en comidas específicas fue 26% superior al de los pavos alimentados con balanceado para pollos y gallinas. Además, las aves mal nutridas fueron más susceptibles a distintas enfermedades que las correctamente alimentadas. En materia de comederos, los pavitos podrán recibir su alimento, durante la primera semana de vida, sobre un cartón corrugado, o sobre la arpillera que recubre el piso del corralito.
En estos primeros momentos, es aconsejable extremar los cuidados y asegurarse de que todos los pavitos coman y beban con facilidad. A partir de la tercera semana, se deberán utilizar los comederos «tolva», compuestos por un cono y un plato. La capacidad de estos comederos oscila entre los 15 y los 20 kg, y están construidos con chapa galvanizada. Se recomienda utilizar una tolva cada 20 aves.
Otros aspectos por considerar.
Es necesario proveer una iluminación permanente durante los primeros cinco días de vida de los pavitos. A partir del quinto día, la cantidad de horas de iluminación se puede reducir a 14 por día. Si se dispone de corriente eléctrica, pueden usarse lámparas de 60 vatios colocadas a 1,5 metro de altura. En caso de no contarse con luz eléctrica, pueden emplearse faroles de gas o los queroseneros conocidos como «sol de noche».
El manejo de los aspectos sanitarios (además de que debe ser realizado en forma obligatoria por un veterinario, que es fundamental para evitar la proliferación de enfermedades.
No existe un programa estándar de vacunación, ya que la misma debe hacerse teniendo en cuenta las características de cada criadero, época del año, zona de ubicación, etcétera.

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